Zombi

Mi nombre es Kofi, y en esta tierra de mitos y leyendas, me conocen como "Zombi, El Muerto Viviente". No siempre fui así, sumido en las sombras de la no-vida, acechando las tinieblas. Hubo un tiempo en que era un hombre común y corriente, un pescador tranquilo de una aldea costera en la región de África Occidental. Pero el destino tenía otros planes para mí, planes que me condujeron por senderos oscuros y misteriosos.

Todo comenzó en una noche de luna llena, cuando las leyendas cobraban vida y la realidad se entrelazaba con lo sobrenatural. Un anciano sabio y misterioso llamado Mosi llegó a nuestra aldea, su presencia irradiaba sabiduría ancestral y un poder innegable. Los aldeanos decían que tenía la capacidad de comunicarse con los espíritus y que había viajado a lugares que nadie más había visto.

Desde el primer momento en que lo vi, algo en mí se sintió atraído hacia él, como si nuestros destinos estuvieran entrelazados por hilos invisibles. Mosi se acercó a mí y me dijo que tenía un don especial, una conexión profunda con los espíritus de la tierra y del más allá. Me ofreció enseñarme los secretos de la magia antigua y los rituales olvidados, aquellos que solo unos pocos elegidos podían dominar.

Acepté su oferta sin dudarlo, ansioso por descubrir el mundo oculto que se escondía detrás del velo de la realidad. Durante meses, me sumergí en el estudio de los misteriosos grimorios y las tradiciones ancestrales. Aprendí a invocar a los espíritus, a comunicarme con los antiguos dioses y a canalizar la energía espiritual a través de mí. Pero, a medida que mi poder crecía, también lo hacía mi ambición.

En mi búsqueda de conocimiento y poder, me adentré en territorios peligrosos y prohibidos. En una de mis incursiones a una cueva sagrada, encontré un artefacto antiguo y maldito: un cráneo humano tallado con inscripciones en una lengua arcaica. Sin pensar en las consecuencias, lo tomé como un tesoro personal, sin saber que estaba sellando mi destino con sangre y oscuridad.

A partir de ese momento, todo cambió. La noche se volvió más oscura, los espíritus se tornaron hostiles y las sombras cobraron vida propia. Mis sueños estaban plagados de pesadillas, y una presencia siniestra me acechaba en cada esquina. Intenté deshacerme del cráneo maldito, pero estaba atrapado en su influencia, incapaz de librarme de su poder sobre mí.

Un día, cuando el sol se ocultaba tras el horizonte, un grupo de aldeanos llegó a mi puerta, sus rostros llenos de temor y determinación. Entre ellos se encontraba mi amada Sade, la mujer que llenaba mi corazón de alegría y esperanza. Me explicaron que la aldea estaba siendo azotada por una plaga maligna, una enfermedad que transformaba a los vivos en criaturas sedientas de sangre y carne humana. La desesperación en sus ojos me rompió el corazón, y supe que debía hacer algo para detener esta calamidad.

Guiado por un impulso instintivo, tomé el cráneo maldito y realicé un antiguo ritual con la esperanza de encontrar una solución para la plaga. Pero lo que sucedió a continuación me llenó de horror. La oscuridad se apoderó de mí, y perdí el control de mi cuerpo. Me convertí en un espectro de muerte, un zombi que caminaba entre la vida y la muerte, sin descanso ni paz.

Desde ese día, he vagado por esta tierra, buscando redimirme de mi maldición y proteger a aquellos que amo. Aunque mi corazón ya no late y mi piel está pálida como la luna, sigo siendo consciente de mis acciones y mis pensamientos. Mi deseo de salvar a mi amada y a mi pueblo sigue ardiendo en lo más profundo de mi ser.

En mis sueños, veo a Mosi, el sabio anciano, observándome desde las sombras con ojos penetrantes. Parece que él siempre supo lo que me esperaba y que esta era la única forma en que podría aprender la verdadera lección detrás de su enseñanza. Me pregunto si algún día podré encontrarlo y si él tiene la clave para liberarme de esta maldición que me consume.

Me he cruzado con otros seres sobrenaturales en mi viaje: espíritus benevolentes que me ofrecen ayuda, criaturas monstruosas que buscan mi destrucción y brujos oscuros que desean utilizar mi poder para sus propios fines malévolos. A través de estas experiencias, he aprendido a controlar mi sed de sangre y a usar mis habilidades para proteger a los inocentes y enfrentar a las fuerzas oscuras que amenazan este mundo.

En ocasiones, me pregunto si hay una esperanza real para mí. ¿Acaso algún día podré encontrar la paz y descansar en la eternidad? O, por el contrario, ¿estoy condenado a vagar por siempre, siendo testigo de la vida mientras yo mismo estoy atrapado en la muerte?

A pesar de todas mis luchas internas, una cosa está clara: seguiré adelante, enfrentando cada desafío que se presente en mi camino. La maldición que me aflige puede ser un lastre, pero también es una oportunidad para mostrar compasión y valentía, para ser un héroe en un mundo donde la oscuridad acecha en cada rincón.

Así que aquí sigo, Zombi, El Muerto Viviente, un hombre que alguna vez fue común pero que ahora está destinado a ser extraordinario. Acepto mi destino y enfrento mi realidad con la esperanza de que, al final, mi sacrificio y mis acciones puedan redimirme y proteger a aquellos que amo.

Fuente: Tedigoquien.soy