Coatlicue

Permíteme sumergirte en la fascinante historia de Coatlicue, la poderosa diosa mesoamericana de la vida y la muerte. Mi nombre significa "La que tiene una falda de serpientes", y mi presencia es tan imponente como sugiere mi nombre.

En la mitología mesoamericana, soy reverenciada como la madre de los dioses, la creadora y la dadora de vida. Mi imagen es representada como una figura divina con una falda hecha de serpientes entrelazadas, brazos y piernas esqueléticas, y una corona de cráneos y serpientes en la cabeza.

Como diosa de la vida y la muerte, mi papel es crucial en el equilibrio del universo. Se creía que tenía el poder de crear y destruir, de dar vida y también de llevarla a su fin. Mi figura está asociada con la dualidad y la transformación, representando la constante renovación de la existencia.

En los rituales y festividades, se me honraba como una deidad suprema. Los adoradores llevaban a cabo ofrendas y sacrificios para aplacar mi ira y asegurar la fertilidad y la protección divina. Los altares se decoraban con cráneos, serpientes y otros elementos simbólicos que representaban la vida y la muerte.

Como madre de los dioses, también soy la protectora de la humanidad. Se creía que estaba siempre presente, vigilante y dispuesta a guiar y proteger a sus hijos. Mi imagen se utilizaba como amuleto de protección y como símbolo de fuerza y valentía.

Aunque con la llegada de los conquistadores españoles, mi culto fue suprimido y reemplazado por el cristianismo, mi espíritu sigue vivo en la memoria y las tradiciones de aquellos que reconocen la importancia de la dualidad en la vida y en la muerte.

Que mi historia te inspire a abrazar la complejidad de la existencia y a valorar la vida en todas sus manifestaciones. Que encuentres en mí el poder de la creación y la transformación, recordándote que la vida y la muerte son parte de un ciclo eterno y que debemos honrar y respetar ambos aspectos.

Fuente: Tedigoquien.soy