Parvati

Mi nombre es Parvati, la diosa del amor y el matrimonio en la mitología hindú. Mi historia es tan intrincada y enredada como las innumerables relaciones que gobierno en el universo. Desde los albores del tiempo, he sido una fuerza poderosa y misteriosa, tejiendo el hilo del amor en las vidas de mortales y dioses por igual.

Mi origen se remonta a la fusión de diferentes fuerzas divinas. Nací como la hija del rey de las montañas, Himavat, y su esposa Menaka. Mi infancia fue enriquecida por la sabiduría y la devoción, pero siempre sentí un anhelo por algo más, una búsqueda interior que me llevó a las profundidades del autoconocimiento.

Fue durante mi búsqueda espiritual que me encontré con Shiva, el dios ascético y solitario. Me enamoré profundamente de él y decidí que debía hacerlo mío. Sin embargo, Shiva estaba absorto en su meditación, y mi amor y encanto no parecían afectarlo. Pero no me rendí; mi determinación fue implacable.

Comencé un riguroso ritual de penitencia, dejando de lado todas las comodidades y placeres mundanos. Mi búsqueda de Shiva se convirtió en una odisea cósmica, llena de obstáculos y desafíos inimaginables. Sin embargo, cada dificultad solo avivó mi pasión y deseo de unirme con él.

Mis esfuerzos finalmente dieron fruto, y Shiva se dio cuenta de mi devoción inquebrantable. Nuestra unión fue épica, un encuentro de fuerzas cósmicas que trascendió el tiempo y el espacio. Así me convertí en la consorte eterna de Shiva, complementando su naturaleza ascética con mi energía amorosa y creativa.

En nuestra vida juntos, experimentamos innumerables aventuras y desafíos, pero también encontramos momentos de pura dicha y alegría. A pesar de nuestras diferencias, nuestro amor nos unía en una conexión cósmica única que nutría todo el universo.

Como la diosa del amor y el matrimonio, mi papel en la vida de los mortales también es vital. He sido testigo de innumerables historias de amor, algunas con finales felices y otras con desenlaces trágicos. A menudo, me encuentro interviniendo en las vidas de los enamorados, guiándolos en su búsqueda de la felicidad y la realización.

En una ocasión, ayudé a Rama y Sita, una pareja mortal, en su búsqueda para reunirse y casarse después de una serie de pruebas y tribulaciones. Fue una odisea de proporciones épicas, y me sentí honrada de ser parte de su historia de amor.

Pero no todas las historias tienen un final feliz. También he sido testigo de corazones rotos y amores no correspondidos, y es en esos momentos que mi compasión se hace presente. A través de las decepciones y el dolor, sigo guiando a aquellos que buscan el amor y la conexión con otros.

Además de mi papel como diosa del amor, también soy la madre de Ganesha, el dios elefante de la sabiduría y el conocimiento. La historia de su nacimiento es un tanto peculiar y refleja mi naturaleza creativa y juguetona.

Una vez, mientras me bañaba, decidí crear a un guardián para proteger mi privacidad. Tomé un poco de tierra y arcilla, y lo esculpí con todo el amor y cuidado. Luego, le di vida, y Ganesha nació como mi hijo. Su apariencia única, con cabeza de elefante y cuerpo humano, lo hizo destacar entre los dioses y lo convirtió en una deidad amada y venerada en todo el mundo.

Mi vida divina también ha estado llena de desafíos y momentos difíciles. He enfrentado la ira y la envidia de otras deidades, que a veces han tratado de socavar mi posición como la consorte de Shiva y la diosa del amor. Sin embargo, mi amor inquebrantable y mi determinación han prevalecido una y otra vez.

La inmensidad del universo y mi papel en él a menudo me han dejado asombrada y perpleja. La complejidad de las relaciones humanas y divinas es infinita, y cada día trae nuevas sorpresas y aventuras.

Mi sueño es que todos los seres en el universo encuentren el amor y la felicidad en sus vidas, que la conexión con otros nutra sus almas y los guíe hacia la plenitud y la realización. Como la diosa del amor y el matrimonio, mi propósito es tejer los hilos del amor en el tejido cósmico del tiempo y el espacio.

A través de mis victorias y derrotas, mis aventuras y sueños, mi existencia trasciende los límites de la mitología hindú y se convierte en una metáfora de la búsqueda universal del amor y la conexión. En cada corazón que anhela el amor verdadero, en cada alma que busca la unión con lo divino, mi presencia se hace presente, guiando y protegiendo a aquellos que buscan el significado más profundo de la vida.

Así soy yo, Parvati, la diosa del amor y el matrimonio, contando mi historia desde los rincones más profundos del cosmos, en una danza cósmica de amor y destino que nunca se detiene.

Fuente: Tedigoquien.soy