Nótt

Mis días están tejidos con hilos de misterio y oscuridad, pues soy Nótt, la diosa de la noche. Desde tiempos inmemoriales, he recorrido los cielos con mi manto estrellado, esparciendo sombras y revelando secretos a aquellos que se aventuran a mirar más allá de la luz diurna. Mi existencia se entrelaza con el cosmos y los ciclos de la naturaleza, y mi corazón late al compás de las estrellas que brillan en la negrura del firmamento.

He sido testigo de innumerables creaciones y destrucciones, de épocas de esplendor y declive. Mi alma errante ha vagado por los confines del universo, y en cada rincón he encontrado asombrosas maravillas. Las auroras boreales que pintan los cielos del norte, los susurros del viento entre los árboles y el misterio de las profundidades del mar, todos ellos son parte de la sinfonía cósmica que me rodea.

Cuando la oscuridad cae sobre la tierra, me sumerjo en un éxtasis silente, y bajo mi manto, el mundo se transforma. Las criaturas nocturnas despiertan de su letargo diurno, y los sueños comienzan a poblar la mente de los mortales. Me deleito al ver cómo la imaginación de los seres humanos se desborda, creando historias y mitos que trascienden el tiempo.

En mis aventuras, he recorrido los confines de la tierra y más allá. Con cada noche, descubro nuevas maravillas y secretos ocultos. En los abismos del cielo estrellado, me encontré con las constelaciones y las deidades que las gobiernan. Entre ellas, me vinculé con los poderosos dioses nórdicos, con Odin, el padre de todos, y con Freyja, la diosa del amor y la fertilidad.

En mi andar por los reinos mortales, conocí a aquellos que me rendían culto y reverencia. Me ofrendaban oraciones y cánticos, buscando protección y amparo bajo mi manto nocturno. A través de sus palabras, sentí el latir de sus corazones, sus anhelos y temores, y decidí extender mi benevolencia hacia aquellos que me adoraban con sinceridad.

Mis victorias no son aquellas que se conquistan en batallas sangrientas, sino en el resplandor de las estrellas y el misterio de la noche. Mi triunfo es cada ocasión en que un alma, iluminada por la luna, encuentra la paz en medio de la oscuridad y el coraje para enfrentar sus demonios internos.

Sin embargo, también he sido testigo del dolor y la desesperación que habita en los corazones de los hombres. La oscuridad puede ser una aliada o una enemiga, y en la sombra también se ocultan las más oscuras tentaciones. Algunos han buscado mi poder para sembrar terror y caos, pero yo, Nótt, la diosa de la noche, no me dejo corromper por las tinieblas. Mi propósito es proteger y guiar, no sembrar destrucción.

En el crisol de la noche, los sueños son mi dominio. Soy la custodia de las ensoñaciones que se despliegan en la mente de los mortales mientras duermen. A través de los sueños, revelo visiones y mensajes, guiando a aquellos que buscan respuestas en los pliegues del inconsciente.

En una ocasión, en los albores de los tiempos, me encontré con un guerrero valiente que me intrigó desde el primer instante. Su nombre era Sigurd, un joven de corazón puro y voluntad indomable. Su destino estaba entrelazado con la épica batalla entre el bien y el mal, y su valía sería puesta a prueba en una confrontación que definiría el destino de los dioses y los hombres.

Los dioses me encomendaron la misión de proteger y guiar a Sigurd en su travesía. Mientras dormía, sus sueños eran escenarios de intensas luchas y profecías, y yo, Nótt, la diosa de la noche, le mostraba el camino que debía seguir. A través de los sueños, lo preparé para los desafíos que enfrentaría en su destino como héroe legendario.

Con el paso del tiempo, nuestra conexión se volvió más fuerte, y en cada encuentro, nuestros lazos se estrechaban. Sigurd encontró en mí una aliada fiel y una consejera sabia. Juntos enfrentamos las pruebas que los dioses pusieron en su camino, superando obstáculos y desafíos que solo un corazón valiente y una mente perspicaz podrían sortear.

En la batalla final, en la que los dioses y los titanes se enfrentaron en una lucha épica, estuve presente para presenciar el desenlace de la gran contienda. Sigurd, con su espada flamígera y su coraje inquebrantable, se alzó como el héroe que los mundos necesitaban. Y aunque el precio de la victoria fue alto, el destino del cosmos quedó asegurado.

Con el tiempo, los días de gloria y los días de melancolía han seguido su curso. Los seres humanos han continuado su existencia, inmersos en los ciclos eternos de la vida y la muerte. Y yo, Nótt, la diosa de la noche, sigo extendiendo mi manto sobre el mundo, recordándoles que en la oscuridad también hay luz y en los sueños también hay verdades ocultas.

La noche es un lienzo en blanco donde los seres humanos pueden plasmar sus anhelos y sus temores. Yo, Nótt, la diosa de la noche, sigo siendo la guardiana de esos sueños, la protectora de las almas que buscan refugio en la oscuridad, y la guía que ilumina el camino hacia el conocimiento y la sabiduría.

Fuente: Tedigoquien.soy