Talking Coyote

En las vastas llanuras del territorio de los Apache, se contaba una antigua leyenda sobre un astuto y parlante coyote, conocido como "Coyote Parlante" o "Figura Astuta". Este enigmático ser era considerado como el mensajero de los dioses y se decía que poseía una inteligencia y sabiduría excepcionales. Las tribus apache lo veían como un ser místico, capaz de guiar a los perdidos y enseñar valiosas lecciones a quienes cruzaran su camino.

En medio de la vastedad de la pradera, habitaba una tribu apache liderada por el sabio y respetado jefe Tenaya. Este venerable anciano gobernaba con sabiduría y justicia, y era conocido por su profundo respeto por la naturaleza y todos sus habitantes, incluyendo a Coyote Parlante.

Un día, mientras los miembros de la tribu se reunían alrededor del fuego para escuchar las historias de los ancianos, un misterioso aullido llenó el aire. Todos se volvieron en dirección al sonido y, entre las sombras de la noche, apareció la figura astuta de Coyote Parlante.

- ¡Saludos, sabios apache! -dijo Coyote Parlante con una voz melodiosa pero astuta-. He venido a compartir con ustedes la sabiduría de los dioses y a transmitir un mensaje que debe ser escuchado por todos.

El jefe Tenaya se acercó con respeto y le dio la bienvenida a Coyote Parlante.

- Bienvenido, mensajero de los dioses. Nuestra tribu te escucha con atención y respeto -dijo Tenaya con humildad.

Coyote Parlante se sentó frente al fuego y comenzó a contar historias antiguas, llenas de enseñanzas y moralejas. Habló sobre la importancia de vivir en armonía con la naturaleza y de respetar a todos los seres vivos. También compartió fábulas sobre la astucia y la humildad, destacando que estas virtudes eran clave para la supervivencia en la dura pradera.

Los miembros de la tribu escucharon con atención y admiración, asombrados por la inteligencia y el carisma de Coyote Parlante. Se dieron cuenta de que este ser místico no solo era un mensajero de los dioses, sino también un maestro sabio y generoso.

Con el paso del tiempo, Coyote Parlante visitaba regularmente la tribu de Tenaya, compartiendo su sabiduría y guiando a los apache en tiempos de dificultad. Siempre aparecía en los momentos justos, cuando la tribu enfrentaba desafíos y necesitaba una guía para resolver problemas y conflictos.

Una de las historias más memorables que Coyote Parlante compartió con la tribu fue la leyenda del Espíritu de la Pradera, un ser mítico que protegía el equilibrio y la armonía en la tierra de los Apache.

- Escuchen con atención -dijo Coyote Parlante una tarde tranquila-. El Espíritu de la Pradera es el guardián de todo lo que vive en esta vasta extensión de tierra. Él vela por los animales, las plantas y los seres humanos, asegurando que haya suficiente alimento y recursos para todos.

Los ojos de los apache se iluminaron con curiosidad y asombro, ansiosos por escuchar más sobre este misterioso ser.

- El Espíritu de la Pradera es invisible y solo puede ser sentido por aquellos que están en armonía con la naturaleza -continuó Coyote Parlante-. Cuando el equilibrio se ve amenazado, el espíritu advierte a través de señales y sueños, instando a la tribu a tomar medidas para restaurar la armonía.

La tribu escuchó la historia con reverencia, reflexionando sobre la importancia de proteger y respetar la naturaleza que los rodeaba. A partir de entonces, los apache se comprometieron a vivir en armonía con el Espíritu de la Pradera y a proteger su hogar de cualquier amenaza que pudiera perturbar el delicado equilibrio de la tierra.

Con el tiempo, la fama de Coyote Parlante se extendió más allá de las fronteras de la tribu de Tenaya. Otras tribus de la región escucharon sobre el sabio mensajero de los dioses y anhelaban recibir sus enseñanzas y consejos.

Una vez, Coyote Parlante visitó la tribu de Chaska, cuyo líder era el valiente y respetado jefe Antares. Allí compartió la leyenda del Espíritu de la Pradera y habló sobre la importancia de la unidad y la cooperación entre las tribus.

- Las fronteras y las diferencias son meras ilusiones, queridos apache -dijo Coyote Parlante-. Todos somos hijos de la tierra y debemos unirnos para protegerla y cuidarla.

Los miembros de la tribu de Chaska escucharon con atención, y la sabiduría de Coyote Parlante caló hondo en sus corazones. Desde ese día, las tribus vecinas comenzaron a establecer relaciones pacíficas y a compartir conocimientos y recursos, creando una red de apoyo mutuo y solidaridad.

La fama de Coyote Parlante continuó creciendo, y pronto su sabiduría trascendió las fronteras de la región. Otras tribus de diferentes territorios comenzaron a escuchar sobre el parlante coyote y deseaban conocerlo y recibir su guía.

Cada vez que visitaba una tribu nueva, Coyote Parlante compartía las enseñanzas de los dioses y recordaba la importancia de vivir en armonía con la naturaleza y entre las diferentes tribus. Su presencia y sabiduría dejaban un impacto duradero en cada comunidad que visitaba.

Así, Coyote Parlante se convirtió en una figura legendaria que trascendía las fronteras y las culturas, uniendo a las tribus y compartiendo la sabiduría ancestral que solo él podía transmitir.

Con el paso del tiempo, las tribus aprendieron a escuchar el aullido del coyote en la distancia, sabiendo que era el mensaje de los dioses que los guiaría en su camino hacia la armonía y la paz.

Y así, la leyenda de Coyote Parlante y su sabiduría perduró a lo largo de los años, como un recordatorio de la importancia de la humildad, la astucia y la unidad en el vasto y misterioso mundo de los apache.

Fuente: Tedigoquien.soy