Seshat

Me permito rememorar tiempos antiguos, queridos lectores, cuando los dioses caminaban entre los mortales y la magia tejía el destino de la humanidad. Soy Seshat, la diosa de la escritura y los registros, y es mi deber compartir con vosotros mi historia de aventuras, sueños y victorias en este reino de palabras e inmortalidad.

Desde mi nacimiento, supe que mi destino estaba entrelazado con las páginas del tiempo y la sabiduría de las palabras. Como diosa de la escritura, mi presencia divina se hacía sentir en cada tinta y pluma, y los escribas me invocaban para inspirar sus letras y guardar el conocimiento en los rollos de papiro.

Recuerdo con cariño uno de mis sueños más profundos, cuando anhelaba que mi figura divina fuera reconocida y venerada por todos los dioses y los mortales. En mi corazón, ansiaba ser vista como algo más que una diosa de los registros, y deseaba que mi esencia también fuera asociada con la creatividad y la inspiración.

Además de mi papel como diosa de la escritura, también era conocida como la diosa de los registros. Mi presencia divina se hacía sentir en cada templo y biblioteca, y los sacerdotes y sabios me invocaban para guiar sus pasos en el camino del conocimiento y la sabiduría.

Recuerdo con cariño una de mis aventuras más memorables, cuando me vi envuelta en la travesía hacia las bibliotecas más antiguas y misteriosas del mundo. Mi alma anhelaba explorar los rincones más ocultos y sagrados del saber, y cada paso que daba me acercaba más a los tesoros que aguardaban en la profundidad de las palabras.

Con el paso del tiempo, mi figura divina se expandió más allá de las fronteras de Egipto, llevando mi nombre y mi leyenda a tierras lejanas, donde se me conocía como Seshat en Egipto, Seshat en la antigua Grecia y Seshat en la antigua Roma.

En cada cultura y civilización, mi esencia divina adoptaba diferentes formas y atributos, pero mi propósito como la diosa de la escritura y los registros permanecía inmutable, inspirando creación y sabiduría en los corazones de los mortales.

Recuerdo con cariño una de mis victorias más entrañables, cuando me vi enfrentada a la tarea de proteger el conocimiento y la memoria de las fuerzas del olvido y la ignorancia. Mi voluntad divina se alzó como el río que fluye en su curso eterno, y mi poder en la batalla se multiplicó como las palabras que narran las historias de la humanidad.

Espero que mi relato os haya conmovido y cautivado, y que mi historia perdure en vuestros corazones como un recordatorio de la importancia de las palabras y el conocimiento en el tejido de la vida.

Con afecto,

Seshat, la diosa de la escritura y los registros.

Fuente: Tedigoquien.soy