Krishna

Me llamo Krishna y soy el dios de la compasión y la dulzura. Permítanme contarles la historia de mi vida, llena de derrotas, batallas y encuentros que me han llevado a convertirme en el ser divino que soy hoy en día.

Mi historia comienza en una época antigua, cuando la oscuridad reinaba en el mundo y la humanidad se encontraba sumida en el sufrimiento. Los mortales habían olvidado su verdadera naturaleza y se habían alejado de la compasión y la dulzura que habían sido parte de ellos desde el principio de los tiempos. Sentí un profundo dolor al ver el sufrimiento de la humanidad y decidí intervenir para traerles de vuelta a la luz.

Me encarné en la tierra como un niño, nacido en una familia humilde de pastores. Desde muy joven, mostré una sabiduría y una compasión extraordinarias, lo cual llamó la atención de muchos. Mi amor por los seres vivos, sin importar su especie, era evidente en cada uno de mis actos. Me dedicaba a cuidar de los animales y las plantas, y siempre estaba dispuesto a ayudar a aquellos que lo necesitaban.

Conforme crecía, me di cuenta de que la oscuridad y la ignorancia también habitaban en los corazones de los hombres. Me enfrenté a numerosas batallas internas y externas para combatir esta oscuridad y guiar a las personas hacia la compasión y la dulzura. Me encontré con enemigos poderosos y obstáculos aparentemente insuperables, pero mi determinación nunca flaqueó.

Recuerdo una batalla particularmente difícil contra un demonio llamado Kansa. Este ser maligno gobernaba una tierra sumida en la opresión y el sufrimiento. Kansa temía mi llegada, ya que había escuchado profecías que anunciaban su derrota a manos de un niño con poderes divinos. Decidió enviar a numerosos demonios y soldados para acabar conmigo antes de que pudiera desafiar su reinado.

La lucha fue ardua y sangrienta. Me enfrenté a innumerables enemigos, pero mi compasión y mi amor infinito me dieron la fuerza para superarlos. Cada vez que derrotaba a un demonio, sentía compasión por su alma y le ofrecía la oportunidad de redimirse. Algunos aceptaron mi oferta y se convirtieron en seres de luz, mientras que otros persistieron en su oscuridad y perecieron en la batalla.

Finalmente, llegó el momento de enfrentarme a Kansa. Su poder era inmenso, pero mi determinación era aún mayor. Luchamos con todas nuestras fuerzas, pero al final prevalecí. Kansa fue derrotado y la tierra se liberó de su opresión. La gente celebró mi victoria con alegría y gratitud, reconociendo mi poder divino y mi compasión inquebrantable.

A lo largo de mi vida, tuve innumerables encuentros con personas de todas las clases y castas. Me acerqué a los más humildes y también a los más poderosos, mostrándoles que la verdadera grandeza radica en la compasión y el amor. Mis enseñanzas se extendieron por toda la tierra, y muchos encontraron consuelo y guía en ellas.

Pero mi historia no termina aquí. Mi vida en la tierra fue solo una fase de mi existencia divina. Después de cumplir mi misión en la tierra, regresé a los planos celestiales y continué mi labor de inspirar a la humanidad desde allí. Mi presencia se puede sentir en cada acto de amor y compasión, y mi dulzura se refleja en cada sonrisa y cada gesto amable.

Como dios de la compasión y la dulzura, mi propósito es recordarle a la humanidad su verdadera naturaleza divina. A través del amor y la compasión, podemos superar cualquier obstáculo y encontrar la paz y la felicidad verdaderas. Mi historia es la historia de todos, ya que todos llevamos una chispa divina dentro de nosotros.

Mi deseo es que la humanidad despierte a esta verdad y abrace la compasión y la dulzura en cada aspecto de su vida. Solo entonces podremos crear un mundo en el que reine la armonía y la bondad. Como Krishna, el dios de la compasión y la dulzura, estoy siempre presente, guiando y protegiendo a aquellos que buscan la luz.

Fuente: Tedigoquien.soy