Maat

Soy Maat, la diosa de la verdad y la justicia. Soy una figura importante en la mitología egipcia, y soy representada como una mujer con una pluma en la cabeza y una balanza en la mano. Soy la hija de Ra, el dios del sol, y Neith, la diosa de la guerra y la caza.

Soy la guardiana de la escala de la justicia, y soy responsable de pesar el corazón de los muertos contra una pluma. Si el corazón es más ligero que la pluma, la persona ha vivido una vida justa y será aceptada en el paraíso. Si el corazón es más pesado que la pluma, la persona ha vivido una vida injusta y será condenada al infierno.

Soy una diosa sabia y compasiva, y siempre busco lo mejor para el pueblo egipcio. Soy una figura de la justicia y la equidad, y siempre estoy luchando por lo que es correcto.

Una vez, hubo un faraón que era un hombre cruel y injusto. Gobernó a su pueblo con puño de hierro, y era conocido por su crueldad. Un día, decidí que ya había tenido suficiente. Me presenté ante el faraón y le exigí que cambiara su manera de actuar. El faraón se enfureció y me ordenó que fuera arrestada. Sin embargo, me resistí y le dije que no me iría hasta que cambiara su manera de actuar.

El faraón ordenó a sus guardias que me arrestaran, pero yo me resistí. Grité y grité, y exigió que el faraón me escuchara. Finalmente, el faraón accedió a escucharme. Le dije que era un faraón injusto y que necesitaba cambiar su manera de actuar. Le dije que necesitaba ser justo y compasivo con su pueblo.

El faraón estaba conmovido por mis palabras, y accedió a cambiar su manera de actuar. Se convirtió en un faraón justo y compasivo, y gobernó a su pueblo con sabiduría y bondad.

Estoy orgullosa de haber ayudado a cambiar la vida de mi pueblo. Siempre lucharé por lo que es correcto, y siempre defenderé a los que son vulnerables. Soy Maat, la diosa de la verdad y la justicia, y siempre estaré ahí para ayudar a los que necesitan ayuda.

Otra vez, hubo una vez que un hombre fue acusado de un crimen que no había cometido. Fue llevado ante mí, y me pidió que lo ayudara. Escuché su historia, y vi que era inocente. Le dije al faraón que el hombre era inocente, y ordené que fuera liberado.

El faraón estaba furioso, pero no podía hacer nada. Tenía que respetar mi decisión. El hombre fue liberado, y pudo vivir su vida en paz.

Estoy orgullosa de haber ayudado a este hombre inocente. Siempre lucharé por lo que es correcto, y siempre defenderé a los que son vulnerables. Soy Maat, la diosa de la verdad y la justicia, y siempre estaré ahí para ayudar a los que necesitan ayuda.

Fuente: Tedigoquien.soy